1. Qué es y su importancia en relación al Chemsex.
  2. Aspectos a trabajar en terapia.
  3. Herramientas para indagar en el sexo sobrio.

1. Sexo sobrio

Nos referimos a relaciones sexuales sin el consumo de sustancias.

El sexo sobrio es uno de los factores de protección más importantes para extinguir o gestionar el consumo de sustancias. A mayor grado de satisfacción sexual en el sexo sobrio, menos probabilidad de consumo habrá. Lo mismo pasa con la frecuencia, una persona que practique sexo sobrio un mayor número de veces, menos probabilidad de practicar sexo con consumo tendrá.

Es muy frecuente que cuando alguien deja de consumir sustancias, aunque sea de forma temporal, también deja de tener sexo y eso es lo que debemos trabajar como algo prioritario en la terapia y no solamente porque sea un indicador positivo para el consumo si no porqué también se puede convertir en un factor de riesgo también que empuje al usuario al consumo, ya que la sexualidad es un elemento relevante en las personas, y debe tener su lugar.

El consumo no solamente está ligado al sexo porqué se dé en un contexto sexual si no por las funciones que también cumple en relación a este:

– Búsqueda de placer inmediato
– Necesidad de conectar con el otro
– Sensación de seguridad y autoconfianza
– Sentirse deseado
– Desinhibirse sin preocuparse por el juicio del otro
– Larga duración de la práctica
– Asegurar un alto grado de excitación y una erección prolongada

En resumen sería una relación sexual exitosa o un buen polvo (en la que me lo he pasado bien, he disfrutado de una manera intensa, y me he dejado llevar).

2. Aspectos a trabajar en la terapia

Normalmente las personas que están en Chemsex y acuden a mí por dificultades con el sexo sobrio, suelen verlo como algo aburrido, que no les despierta mucho interés y que no creen que puedan volver a practicarlo porqué muchos de ellos, no recuerdan la última experiencia sexual en la que estaban sobrios.

Uno de los discursos típicos suele ser que todos los hombres gays que conocen práctican sexo con Chems y se les hará muy difícil encontrar a algún hombre gay en Barcelona que no consuma, pero como les digo, eso no es más que una justificación para seguir en el consumo. Es cierto que muchos hombres gays en Barcelona consumen Chems pero no todos. Es probable que el entorno en que te mueves cuando consumes te acerque a hombres que están en el consumo, y eso te da una percepción sesgada de la realidad.

Por eso una de las primeras cosas que tenemos que trabajar son las creencias de la persona.

– Creencias sobre el consumo, el sexo y el sexo sobrio específicamente:
no todo el mundo consume
no todos los hombres gays de Barcelona consumen
no es imposible disfrutar de una relación sexual sobria después de haber consumido durante mucho tiempo chems. Eso sí, no es algo inmediato normalmente, y requiere una preparación previa para volver a disfrutar de ello
no me hace más masculino follar más a menudo

– Vivencia de la sexualidad: historia sexual de la persona, línea de vida sexual donde registramos todas las experiencias sexuales que la persona ha tenido hasta el día de hoy, desde las más tempranas a la más recientes, con y sin consumo.

– Vivencia de la corporalidad: cómo se siente respecto a su cuerpo. Hay algo que no le gusta, hay partes que sí le gustan, cuáles y por qué. Qué importancia le da a la corporalidad del otro? Qué es lo que más le atrae del cuerpo del otro? Etc.

– Referentes sexuales de la persona, muchas veces nos damos cuenta de que el porno se ha convertido erróneamente en una fuente de educación sexual y eso da lugar a muchas confusiones, es importante revisar qué referentes sexuales tengo, en qué me pueden estar condicionando y si yo tengo una expectativa basada en la fantasía y poco ajustada a la realidad.

– Trabajar algunos constructos que están muy vinculados al sexo como la masculinidad, la vulnerabilidad, la culpa, la vergüenza y el miedo.

– Hablamos sobre de la expresión de la sexualidad: cómo se da en sus prácticas? Qué ocurre con el afecto? Muchas veces palabras como caricias, abrazos, besos, piel con piel, cuidado, protección, están olvidadas en muchos de mis pacientes.
Las Chems entre otros efectos nocivos, también tienen el de homogeneizar las prácticas sexuales y se acaba por erotizar el uso de drogas más que las personas que participan en cuestión que se convierten en meros participantes de la sesión (actores).

– Valoramos la respuesta sexual: es importante conocer el grado de deseo que siente la persona, hacia que lo siente, si hay fantasías o algo que le despierte más atracción, como maneja la excitación, la erección y que relación tiene con el dolor y el placer, ya que muchas veces las Chems pueden mediatizar ciertas prácticas que sin ellas no se harían por un exceso de dolor.

Y en la última fase, nos centramos en la satisfacción sexual, la idea es descubrir para cada persona qué considera necesario para sentirse satisfecho en una relación sexual, teniendo presentes todos los aspectos trabajados anteriormente. Normalmente aquí suelen aparecer las necesidades afectivas que inicialmente no aparecían (seguridad, confianza, intimidad, etc.)

Y en relación a la intimidad quería leeros algo que una vez leí y me pareció muy interesante:
No tener inhibiciones no es sinónimo de intimidad. La intimidad real requiere presencia. Y la presencia, cuando estás desnudo con la persona que amas, requiere vulnerabilidad. De ahí nace la importancia de trabajar en el placer y llevar una mayor conciencia al cuerpo, y lograr esa presencia.

3. Herramientas para indagar sexo sobrio

En esta etapa lo que hacemos es buscar como las personas que acuden a nosotros pueden reconectarse con el placer. Esto podemos hacerlo de varias maneras:

– Individualmente
Reencuentro con nosotros mismo a través de diferentes experiencias:
*la cita contigo mismo-pon música que te conecte con la intimidad, luz adecuada e incluso algún aroma, desnúdate ante un espejo, en la habitación o en el baño, observa tu cuerpo desnudo y aquellas partes que te llaman la atención y prepara una sesión de caricias para ti…puedes tumbarte en la cama si estás más cómodo o darte un baño o una ducha si te apetece, eso puede conllevar estimulación o no…no tiene porqué acabar en masturbación, pero si así es, no pasa nada.
*masturbación, en este caso se trata de salir de lo habitual, normalmente la masturbación ya tiene su propio ritual que varía en cada uno, pero suele ser algo más mecánico que sentido. Aprovechar para investigar en la fantasía de uno, y añadirle el contacto propio, no solo en la genitalidad, si no en otras zonas del cuerpo, para un mayor placer, y alargar el proceso hasta llegar al orgasmo.

– Pareja: una sesión de piel con piel, en esto entraría desde las caricias, los abrazos, los besos hasta un posible masaje en aquellos que se sientan cómodos dándolo. No buscamos el sexo centrado en la genitalidad, por eso es importante dejarlo claro antes de encontrarnos con esa persona con la que vamos a compartir la cita. Es posible que se dé, pero no es el objetivo principal. A veces recomiendo que la persona con quien se vaya a producir ese encuentro, sea alguien de confianza, quizás un antiguo ligue con el que hemos quedado alguna vez…pero si no hay esa posibilidad, hoy en día las apps permiten este tipo de encuentros aunque no estemos habituados a ello. Atreverse a pedir lo que uno quiere, es un primer paso para legitimar nuestro placer y nos conduce hacia la satisfacción sexual.

– En mi espacio: trabajo con técnicas corporales a través del masaje terapéutico. Es un masaje que pretende conectar a la persona con experiencias sensoriales agradables y que aprovechando que estamos en un espacio seguro, con una persona con la que ya se ha construido un vínculo sólido, la vulnerabilidad puede aflorar sin riesgo alguno.

Para acabar quería leeros lo que para mí resume en 4 líneas la experiencia del sexo con chems:

Las chems en el sexo, son como una capa de invisibilidad que cubre tu cuerpo desnudo. Elimina alguna inhibiciones y te da una sensación de libertad y al mismo tiempo te protege de ser visto. También te protege de cualquier sensación o sentimiento de conexión física y emocional (intimidad) que pudieras experimentar si estuvieras realmente expuesto.